Querido imbécil:
Ya te lo decía Pérez Reverte en otra carta con el mismo título que esta, a la que parece que no le prestaste demasiada atención.
Los coches son caballos de hojalata que devoran a su propio jinete. Las emociones fuertes que se buscan con alcohol y gasolina, acaban siendo fuertes portazos.
Cuando la voz del surtidor dijo eso de: “Gracias por repostar con nosotros, le deseamos un feliz viaje...”, os reíais de lo absurdo que parecía. Lo absurdo y lo inesperado siempre son compañeros de viaje, hasta que este termina.
Somos tan frágiles que te temblarían las manos si lo supieras. Todo cuanto tenemos, que parece tan sólido y tan valioso y tan definitivo, se va al carajo en un soplo, en un segundo y al menor guiño del azar.
Anoche ingresaste en la UCI. Detrás de ti, dejaste algunas puertas cerradas. Que curioso, verdad, con solo veinticuatro añitos y “tantas cosas por NO hacer”.
Repasemos: Del brazo te curarás, aunque lo notarás en los cambios de temporada pues ese tipo de fracturas se hace recordar. Eso sí, antes, pasarás por quirófano un par de veces y cuenta con que no se te infecten los puntos.
La herida de la pierna, tampoco fue para tanto. Un trozo de tibia menos y unos musculitos bien desarrollados con unas horitas de gimnasio, en los que no tendrás que invertir más pelas. Pero no te preocupes por eso; para ir en silla de ruedas, tampoco los necesitarás. Las fracturas vertebrales son muy puñeteras y bastante oligocéntricas, les gusta llamar la atención y anular lo que de ellas dependa.
No deberás volverte a preocupar porque la tengas pequeña; ahora, si que no importará el tamaño. Espero que la hayas disfrutado lo suficiente porque tu novia, desgraciadamente, tampoco volverá a pedirte “más y más”. Cuando te recogieron a ti, la dejaron bien abrigadita con una manta por encima.
Vaya batallita para contarle a los nietos, de los otros (porque tú no podrás tenerlos)
Bueno, pensándolo bien, tampoco se sabe aún si podrás hablar o no. Del trompazo del coco no pueden saberse, aún, las consecuencias que tendrá. Ten paciencia, habrá que esperar un poquito.
Eso sí, recuerdos tendrás. No necesitarás hacerte otro tatuaje para marcar diferencias. Conservarás para siempre un boquetito en la garganta y las marquitas de 112 puntitos de seda repartidos por tu body. Por los de la cabeza no hay que preocuparse porque el pelo los tapará cuando crezca. Los de dentro se reabsorben solos, así que ni caso. Eso si, los de la cara y la frente, ni el cirujano de la Yola Berrocal te los podrá disimular.
De todas formas, igual nos estamos precipitando pues te quedan unos diitas de UCI y todavía no tienes tan claro que no te vayas a reunir con tu novia. Desgraciadamente, no podrá ser en el pisito ese tan mono que habíais comprado entre los dos y que ahora se quedará el banco.
Del coche, te quedaban unas letras y si sales de ésta, tendrás que pagarlas, o mejor tu mami y tu papi porque como ahora estabas parao..., no sé yo si te quedará alguna paguilla. De arreglarlo, ni hablar, se quedó como un acordeón desafinao.
Tus padres llegaron al par de horas. Él, no habló nada. En sus ojos llorosos se atisbaba una gran impotencia. Después se desahogó llorando cuando me dijo que te había regalado la entrada del carro.
Tu madre, no paró ni un momento. Después de tirarse diez minutos de rodillas al lado tuyo, empezó a contarte lo mucho que te cuidaría. “Con lo bueno que tú eras...”.
Lo que pasa es que la pobre ya está mayorcilla y con sus achaques..., Lo que más le preocupaba era qué pasaría contigo cuando ella no estuviera; porque no cualquiera, por muy hermano o cuñada que sea, le limpia las babas y la mierda a un pobrecillo inválido como tu.
Quizás para ese día los del SOE hayan ganado de nuevo las elecciones y con la política social que prometían no recortar, hayan abierto residencias para imbéciles como tu... Y como yo.
José Manuel Velasco
Qué buen rollito.... eh??? se me han quedado unas ganas tremendas de coger el coche medio reventada de la guardia y de tantas horas de trabajo.... uufff............. (Cin.)
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